9 claras de huevo a temperatura ambiente
200 gr. de azúcar (la vamos a utilizar en dos etapas)
2 sobres (14 gr.) de azúcar vainillado o ½ cucharadita de
esencia o extracto de vainilla
150 gr. de harina de trigo todo uso
1 cucharadita (7 gr.) de polvo de hornear o levadura química
(tipo Royal)
½ cucharadita de sal
ralladura de 1 naranja, de mandarina o de limón (opcional)
1 molde tipo corona de 20 a 22 cm. de diámetro
azúcar glasé o nevazúcar para decorar
Preparación:
Precalienta el horno a 160ºC / 320ºF (arriba y abajo).
Prepara el molde untando las paredes y el fondo con
mantequilla y luego lo enharinas. Voltea el molde y le das unos golpecitos para
eliminar el exceso de harina. Reserva.
En un bol, tamiza la harina de trigo y el polvo de hornear.
Mezcla con 100 gr. de azúcar y el azúcar vainillado. Reserva.
En otro bol que esté bien limpio y libre de grasa, bate con
la ayuda de una batidora eléctrica para tortas y a velocidad máxima, las claras
y la sal a punto de nieve. Cuando estén montadas, sigues batiendo a velocidad
máxima y añades poco a poco y a cucharadas el resto del azúcar. Bate hasta que
obtengas una masa blanca intensa y brillante. Apaga la batidora.
Con la ayuda de una espátula y en varias tandas, incorpora
la mezcla de harina y polvo de hornear a las claras de huevo. Hazlo despacio,
con movimientos envolventes y siempre en la misma dirección de manera que no
pierdas la esponjosidad de las claras hasta que tengas todos los ingredientes
bien distribuidos.
Para finalizar, añade la ralladura de naranja, o de
mandarina o de limón y mezclas bien.
Vierte la mezcla en el molde, nivelas la superficie y le das
unos golpecitos al molde contra la encimera de la cocina para eliminar posibles
burbujas de aire.
Lleva al horno y hornea a 160ºC / 320ºF durante 30 minutos.
Pasados los 30 minutos, sube la temperatura del horno a
170ºC / 338ºF por 10 minutos adicionales.
Pasado el tiempo, abre un poco la puerta del horno e
introduces un cuchillo o palito de madera en el centro del bizcocho, y si éste
sale limpio, significa que está listo.
Apaga el horno y deja el bizcocho dentro del horno con la
puerta entreabierta. Esto evitará un golpe brusco de temperatura.
Cuando el bizcocho esté tibio, sácalo del horno, lo
desmoldas y lo dejas enfriar por completo sobre una rejilla.
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